sábado, 11 de abril de 2009

Aker, adenda. Por Gharghi.


Hablando de arte, otra que le apasionaba era la pintura. Una tarde, en Madrid, estudiamos a fondo "El Jardín de las Delicias" de El Bosco. No era la primera vez que lo observábamos con detalle; pero si la primera, y única, que lo hicimos desde el punto de vista alquímico. No es que Antonio creyera en la alquimia, simplemente consideraba que El Bosco sí. Por resumir un poco, el viaje alquímico se inicia en el centro, para pasar a la escena de la derecha y culminar en la de la izquierda. Aclaro que el estudio lo hicimos sobre un poster que tenía colgado en la pared de su casa. Fue durante su época de pasión por la pintura. Coleccionó mas de mil imágenes de cuadros en el disco duro del ordenador. Van Eick, libros de horas de distintos autores, Patinir (le encantaban sus azules) del que una tarde observamos con detalle la reproducción en papel que tenía en otra pared del salón de "El paso de la Laguna Estigia": Gran composición sobre el Mas Allá, con un paralelismo casi total entre el cielo y el infierno. Por cierto que llegamos a la conclusión de que el barquero lleva al muerto al cielo.

Gharghi.