1.- Don Italiano de apellido compartido con el más ilustre músico Veneciano, partió un sábado a la tarde con su acordeón, de musiquero, por la reducida periferia de La Falda, regresó sin él, por supuesto con varias copas, los hijos encontraron el instrumento en un arroyo cercano y se lo vendieron. Los intimó a que se lo recuperen. No fue posible, suma alguna fue suficiente para qué el adquirente lo restituyera.
Por años los ruegos de su contraria fueron vanos, Don Italiano nunca más pronunció palabra hasta su muerte.
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